La detención de la futbolista del PSG Aminata Diallo en relación a la paliza propinada a su compañera de equipo, la ex jugadora del Barça Kheira Hamraoui, recuerda enormente al escándalo ocurrido en los años 90. La detención de Aminata Diallo, futbolista del PSG, tras la agresión a su compañera Kheira Hamraoui nos retrotrae a lo ocurrido en 1994 entre las patinadoras Tonya Harding y Nancy Kerrigan. Un episodio que fue llevado al cine en 2017 en la película \’Yo, Tonyia\’. Pero no es todo, además de que su caso es mencionado en algunos temas musicales, el artista indie Sufjan Stevens la escogió también como título de uno de sus singles. Se llegó, aun, a llevar al teatro en Los Ángeles una comedia musical sobre la rivalidad de Tonya y Nancy.
Meses después, su ex- marido vendió sin su permiso un vídeo erótico de su noche de bodas, que se distribuyó por todo el mundo por medio de una conocida gaceta del campo. Mientras, Tonya trató de aprovechar el tirón de la popularidad de alguna forma, pero sus intentos resultaron más patéticos que rentables. Ejerció de mánager de lucha libre, formó una banda de rock, aceptó papeles pequeños en teleseries de tercera fila y programas famélicos de audiencia, se realizó boxeadora, piloto de carreras, soldadora, pintora… todo efímero, todo en balde. Nacida en Massachusetts, en el seno de una familia modesta pero feliz, había empezado a patinar bastante después que Tonya, a los ocho años, y poseía la distinción y la gracia natural de las que Harding carecía.
Entre otras muchas cosas, el ex marido de la deportista, ahora fuera de la prisión, vendió a un programa de televisión vídeos íntimos y Tonya fue de nuevo comentada por todos. No obstante, en la previa de ese gran acontecimiento mundial la prensa no hacía mucho más que enseñar a Harding en oposición a Nancy Kerrigan, la patinadora estadounidense señalada. Para entonces, Tonya se había casado en el momento en que solamente tenía 19 años con Jeff Gillooly, un personaje que asimismo seguía obsesivamente su trayectoria y la rodeó de ciertos de sus amigos para controlarla. Si bien a los tres años de dar el \’sí quiero\’ se divorciaron, Jeff continuó viviendo a cargo de Tonya y se dedicó a supervisar su trayectoria. En la época de la década del \’80, Tonya ya recorría su país para competir en pistas expertos.Se atrevía con los duros adiestramientos, no temía pasar horas en el hielo, los especialistas la describían como una combatiente estricta.
Harding Vs Kerrigan: Si Tu Rival Es Preferible, Pártele Las Piernas
Allí también reveló que desde muy pequeña supo que no deseaba llevar la vida de LaVona, que tenía un trabajo de camarera y sumaba otros pequeños trabajos para lograr sostener a ambas. El terrible caso de agresión a Kheira Hamraoui supuestamente orquestado por su compañera de equipo Aminata Diallo, con intención de lesionarla para ocupar su puesto, no es el primero en la historia del deporte. Hace prácticamente tres décadas, el 6 de enero del 1994, la patinadora Tonya Harding se vio cubierta en un plan que mandó a la enfermería a Nancy Kerrigan, un caso que convulsionó a la cultura de Estados Unidos. Ámbas, mientras tanto, eran perseguidas por la prensa, que especulaba sobre quiénes habían estado tras la agresión que padeció Kerrigan y las seguían con las cámaras día y noche. En el primer mes del año de 1994, la patinadora Nancy Kerrigan fue atacada después de un entrenamiento en el Campeonato de Patinaje Artístico de Estados Unidos en Detroit. De invierno de Lillehammer trascendió los límites del deporte para pisar los lodos del delito organizado.
Hasta llegar a ese instante fatídico, el final de su carrera como patinadora, la vida de Harding estuvo marcada por la tóxica relación que sostenía con su madre, LaVona Golden, y su exmarido, las dos marcadas por los insultos y las agresiones mutuas. Golden, que le tejía los vestidos de patinadora por carecer de dinero, apuntó a su hija a los tres años a clases patinaje, donde Harding se refugió para evadirse de la tensa situación en su hogar. No obstante, su madre la inculcó un espíritu competitivo que iba más allá de la deportividad, como se probó con Kerrigan.
El Ataque A Kerrigan Fue Catalogado Como Entre Los Mayores Escándalos En La Historia Deportiva De Estados Unidos
No obstante, más allá de ese despliegue técnico, la joven no llegaba a los primeros puestos de las competiciones. De hecho, en la competención mundial de patinaje artístico de ese año, Harding quedó segunda, detrás de su compatriota Kristi Yamaguchi y delante de Nancy Kerrigan, quien más adelante quedaría señalada como la eterna contrincante de Tonya. La conspiración, ejecutada de manera chapucera, fue captada por una cámara de televisión.
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Tras esa temporada álgida, en la que asimismo acabó cuarta en los Juegos de invierno de 1992, Harding bajó su desempeño hasta que en 1994, con 24 años, su carrera en el patinaje acabó abruptamente. Entre 2002 y 2004 se dedicó resumidamente al boxeo y en 2010 estableció un nuevo récord de velocidad terrestre para un coupé vintage al alcanzar los 156,391 km/h con un Ford de 1931. Una de sus últimas visualizaciones públicas fue como concursante del programa de televisión Dancing with the Stars, donde llegó a la final realizando pareja con el bailarín ruso Sasha Farber. La crónica de Harding, sin embargo, fue de nuevo comentada mundialmente con el estreno de la películaI, Tonya, a fines de 2017, con la actriz Margot Robbie en el papel de la patinadora. El personaje, con los años, se convirtió en una de esas referencias que siempre están volviendo.
Y descubrieron que el hombre había sido contratado por el ex marido de Tonya, Jeff Gillooly, y su guardaespaldas, Shawn Eckhardt, con la intención de dejar a Nancy fuera de la rivalidad de Noruega. Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es. Jamás se realizó rica pero sí conocida, si bien no del modo que había imaginado. Su mejor consuelo es visto que Hollywood haya retratado su historia en la película ‘Yo, Tonya’, aunque tenga un principio, un avance y un desenlace precisamente infelices. Mientras que, Kerrigan se recobró con prontitud y la Federación Estadounidense decidió concederle el billete olímpico más allá de no haber podido competir en los Nacionales, requisito indispensable.
Al final, se declaró culpable para eludir ir a la prisión, pero en una causa lateral, por una supuesta conspiración para obstaculizar la investigación que pesaba sobre su ambiente. Oculto en un pasillo, el atacante golpeó entre las piernas de la deportista con un bastón, lo que le produjo una lesión importante que la dejó fuera de esa competición local. Entonces tuvo lugar un hecho que impactó al mundo y que, sí, se transformó en \’\’uno de los mayores escándalos en la historia deportiva estadounidense\’\’, como se repite hasta la actualidad.
Una secuencia de lesiones y de desenlaces decepcionantes –fue cuarta en los JJ.OO. De Albertville’92– mermaron con seriedad su seguridad y en 1993 ni siquiera fue con la capacidad de clasificarse para el Campeonato del Mundo. Y mientras su estrella se apagaba en la costa estadounidense del Pacífico, en la costa atlántica emergía fulgurante la de Nancy Kerrigan, su polo contrario.
Harding logró de este modo su plaza para la cita olímpica en Noruega, donde acabó en octava posición, mientras que su rival, con una invitación tras volver como estaba, logró la plata. La final olímpica, con una audiencia de 48,5 miles de individuos, fue el tercer acontecimiento deportivo mucho más seguido por televisión de la historia del país. Al paso que el agresor Gillooly y Eckhart enfrentaron condenas a prisión, ella fue convocada asimismo por la Justicia.